Una oración de entrega, gratitud y amor eterno.
No soy bueno!
El único bueno es mi Padre,
Es Dios.
Me he equivocado tanto,
que yo no me lo perdono.
Pero si al momento de mis notas,
queda aunque sea un 4,
algo a mi favor.
Desde aquí, desde este momento, te pido Señor, a tu hermoso hijo Jesús, y al bellísimo Espíritu Santo, que no puedo aceptarlo, y que lo que me toque, sea entregado íntegramente a mi mami Amanda, y a mi papi Pedro.
Ellos son los verdaderos angeles de Dios.
Gracias papá Pedro, gracias mami Amanda.
Guardo para mi todo el amor que nos diste, y toda mi eternidad es vuestra por todo lo que no pude darles.
Señor Dios, Padre mío,
este tiempo no es mío,
este tiempo es tuyo.
Tu me diste este tiempo,
te digo gracias,
y te lo dedico a tí.
Cada segundo de esta vida mía,
que es tuya,
te lo dedico a tí,
con inmenso agradecimiento en mi alma,
te digo:
Padre, esto es tuyo,
siempre ha sido tuyo,
y no estoy agradecido
con lo que me has dado,
con lo que me has permitido,
con cada latido del corazón,
estoy agradecido hasta las lagrimas,
y te lo devuelvo
conforme todo a mi alcance
me es posible.
No lograré devolverte
tanto que me has servido,
y esa es mi deuda.
Una deuda que hace
que necesite levantar los brazos
cada día,
para recibir tu gracia.
Que necesite arrodillarme,
hacerlo ante tí,
porque es la única forma
que hallo de sentirme mínimamente digno ante tí.
Padre, tu ves mi alma,
no necesitas mis palabras,
soy yo quién las necesita decir.
Gritarle al Universo,
que así te amo,
así te agradezco,
así vivo para tí.
Mamá Amanda!, Papá Pedro!,
Señor Dios,
mi amado Padre celestial!
Vuestro hijo: Luis